Un JRPG Enorme
Pocas dudas existen sobre el legado de Dragon Quest. Una saga más vieja que muchos de nosotros, que vio la luz en los años 80 y se abrió paso, junto a Final Fantasy, como uno de los pilares del género JRPG. Una saga tan extensa que muchas de sus entregas no han llegado ni a occidente. Square Enix he querido cambiar esto con la décimo primera entrega, Dragon Quest XI Ecos de un pasado perdido es un juego enorme.
Un Clásico en Tiempos Modernos
La historia es una que muchos ya nos sonará, el típico Elegido por la Luz que debe pelear contra el mal que asola su mundo de fantasía, junto a su grupo de amigos recorrerá la tierra de Erdrea en busca de el poder necesario para desterrar la oscuridad y cumplir su destino como Luminario. A cada nueva ciudad que lleguemos con nuestros compañeros una nueva mini historia se nos contará, son estas pequeñas historias las que dan vida a su historia.
Su argumento como dije es algo muy simple. Pero se trata de los detalles lo que llena de vida el universo de Dragon Quest. El carisma de sus personajes, sus pequeñas historias, sus bromas, formas de expresarse y sus personalidades, aunque muy típicas, son fantásticas. Un mundo lleno de variedad, ciudades llenas de vida con su particular (y divertidisimo) modo de hablar. Planicies verdes completamente hermosas, criaturas poblandolas llenas de cariño y mimo tanto en sus diseños como en sus animaciones.
Y junto a todo esto un sistema de combate al puro estilo clásico JRPG, ya que si, Dragon Quest es un juego clásico con todas sus letras. Un sistema por turnos que tiene en cuenta el rol de cada personajes, estados alterados, habilidades de fortalecimiento, magias, ataques elementales y físicos, menús de mejora y destrezas llenas de información, multitud de armas y armaduras equipa les que mejoran estadísticas.
Virtudes y Defectos
Se trata del puro alma del JRPG en estado puro, por lo que tendremos que ser conscientes que acarrea también ciertos lastres, quizá para los estándares actuales. Ya que vivimos en un mundo actual donde tenemos maravillas jugables JRPG por turnos como Persona 5, los cuales pueden darle una mayor agilidad al combate y espectacularidad a partes iguales. Cosa que Dragon Quest no consigue hacer. Sus primeras horas son pesadas, lentas. Combates muy simplones que no sacan a relucir todo el potencial del juego (durante al menos casi la mitad de la aventura) sino que poco a poco va sumandote nuevos movimientos y habilidades que tardan demasiado en sorpender. Sus menús son muy sencillo y fáciles de entender, con descripciones básicas para los atributos y mejoras de los personajes. Pero, dentro de esta sencillez el juego cuenta con gran profundidad a la hora de encadenar buenas combinaciones y ataques con el grupo protagonista.
Cuesta seguirle el ritmo al combate, al menos los primeros compases y más aún teniendo en cuenta la elevada dificultad del juego, porque si, este es el típico juego que nos obligará farmear enemigos hasta la saciedad por sus mazmorras antes de enfrentarnos a un jefe, el cual si no llegamos con un nivel suficiente nos dará para el pelo en un abrir y cerrar de ojos.
Una dificultad que puede llegar a fastidiar el ritmo, tanto de su historia como las ganas de realizar estos farmeos (excesivos). Porque Dragon Quest de por sí es un juego extensisimo en duración y este tipo de cosas alargan de manera innecesaria una experiencia ya de por sí muy extensa.
Pero dentro de ese clacisismo puro existen algunas novedades, como lo son los poderes de inspiración, una especie de modo Súper Saiyan donde los personajes jugables realizarán acciones conjuntas. Ya sea de tipo ofensivo, curativo o defensivo. Además de que estos especiales vienen acompañados de geniales animaciones.
Gráficos
Los diseños son obra del mismísimo Akira Toriyama, por lo que la estética Dragon Ball está presente en todos y cada uno de sus diseños. Sus preciosos paisajes llenos de color y vida son de los más bonito que te puedes echar en cara a día de hoy. Sus animaciones son geniales, sus cinemáticas tanto unas CGI para caerse al suelo de los increíbles que son, como un sin fin de cinemáticas in game geniales. Cientos de diseños de enemigos carismáticos, llenos de detalles. Simplemente genial.
Sonido
La banda sonora corre al cargo del mismísimo Sugiyama Kobo, uno de los padres de la música de videojuegos junto a Nobou Uematsu. Cuando escuchéis la orquesta de apertura del la pantalla del título vais a quedar absortos por tremenda composición. El título llega a occidente con un doblaje al inglés estupendo, lleno de peculiaridades en los acentos de los habitantes de las regiones de Erdrea, muy muy divertidos además de su traducción súper cuidada.
Jugabilidad
El clásico JRPG en su máximo esplendor, los turnos son la religión de este juego. Pero quizá en la actualidad se quedan un tanto cortos, no por ser aburridos, sino por el ritmo que lleva este juego en concreto, por que existen otros muchos juegos por turnos más ágiles y accesibles. Pero los auténticos fans de JRPG por turnos se sentirán como en casa ya que esta pensado para ellos. Aquí vienes a sufrir si no estás preparado para los combates, vienes a Farmear incontables enemigos para conseguir X habilidad y un simple fallo puede hacer que un combate de 20 minutos se vaya al garete por ese mísero error.
Su mundo y su exploración invitan a recorrer cada rincón, en busca de materiales, cofres ocultos y mazmorras secretas en busca de tesoros, además de ser una gozada visual.
Duración
Completar su historia en totalidad nos llevará más de 70 horas de juego, pero existen muchísimas cosas por hacer, secundarias por realizar y tesoros que saquear. Además de desafíos ultra difíciles para los más avezados y completistas.
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